El sueño americano de Joey Saputo


La historia de un italiano de sangre, nacido en Canadá y que busca triunfar deportivamente en Estados Unidos, el país de las grandes oportunidades. Ese es Joey Saputo. Un tipo peculiar, sin prejuicios y que realmente no le importa mucho que la gente lo trate como un tipo que cree ser más de lo que es. Ni mucho menos, Saputo es como es y la palabra triunfo y éxito la tiene marcada entre ceja y ceja. A Joey su pasión por el fútbol le llegó, como a todo italiano, desde muy pequeño. Su padre Guiseppe, nacido en Italia, le contagió a su hijo el amor por el deporte de la pelota. Para Joey el punto culminante fue cuando  quedó fascinado por el espectacular mundial de fútbol de 1982, donde la Italia que tanto le hablaba su padre, liderada por un Rossi pletórico ganó aquel campeonato mundial. Aquello le marcó. Su vida estaba lejos de la Italia de su padre, del Calcio y del fútbol del primer nivel pero no le impidió acercarse al fútbol como el deseaba. Gracias al talento de su padre, y después del suyo propio en los negocios lácteos y en la producción de queso (quién lo ha probado dice que es exquisíto), Joey permitió tener un colchón económico muy grande para hacer realidad su primer sueño, poseer su propio equipo de fútbol.


Su vida esta ligada al fútbol de forma oficial desde 1993 cuando se convirtió en uno de los fundadores del Impact de Montreal un equipo semiprofesional de la liga canadiense. Tras 6 años de poco éxito deportivo el grupo propietario decidió venderlo para que después el equipo acabara liquidado. Saputo sabia que para que un proyecto fuese exitoso, había que jugar a grande y desde 2008 hizo renacer su Impact con otra filosofía bien distinta. Se dirigiría a su imagen y semejanza, siguiendo sus pasos, buscando triunfar. A su vez la MLS crecía y se convertía en una liga de referencia y ahí es donde había que competir, con los mejores. Saputo entro en negociaciones con la liga y aunque no era uno de los mercados mas grandes y rentables para la MLS, la construcción de su propio estadio sumado a los 40 millones de dólares que pago Saputo por su entrada y el creciente interés social en Montreal por el fútbol acabó por convencer.

El  7 de Mayo de 2010 se oficializó su entrada en la liga para empezar a competir en el año 2012. Desde entonces trabajo duro por asentar unas bases sólidas para acceder al trono de rey de América. La pasión por los jugadores italianos era evidente desde el primer día. Intento sin éxito el fichaje de Pippo Inzaghi para su primer año. Saputo se quedó con las ganas pese a que Inzaghi visit´p la ciudad y las instalaciones pero Joey no desistió en su idea y se marcó otros objetivos. Marco Di Vaio no dudo en aceptar. La llegada del veterano ariete abrió la puerta a otros internacionales italianos como Mateo Ferrari o uno de los mejores defensas de la ultima década en Europa, Alexandro Nesta.


El año del debut fue bueno. Para ser un equipo novato en MLS, el Impact se movió por la parte media de la clasificación incluso soñando con entrar en el Play Off con una segunda parte de la liga muy buena. A las estrellas italianas, había que sumarle otros jugadores con menos nombre pero que son las grandes claves del equipo. Patrice Bernier su capitán, regresaba de Alemania para volver a su tierra, demostrado todo el fútbol y compromiso que aún le queda. A tanta experiencia había que darle juventud y talento. De eso se encarga Felipe Martins un mediapunta brasileño que se ha convertido en una de las jóvenes promesas en la MLS con su juego entre líneas con capacidad para asistir y marcar. A las estrellas italianas les costó adaptarse, como a todos los jugadores europeos que llegan a la MLS, algo que influenció bastante en el irregular marcha del equipo en su primera parte de la temporada.

En este 2013, la temporada no comenzó como era de esperar. Jesse Marsch técnico que construyó el equipo abandonó el proyecto ante un cambio de filosofía basado en traer mas jugadores italianos o con pasado en el calcio dejando un poco de lado la proyección de jugadores locales. El suizo Marco Schällibaum cogió el equipo tras un cuidadoso casting de candidatos que duró casi dos meses y medio. No había mucho que tocar, se apostó por dar continuar a la plantilla del estreno en MLS con ligeros retoques. La apuesta ha salido ganadora. Marco Di Vaio es la gran estrella del equipo y capitaliza todos los focos del equipo, su olfato goleador es letal y una vez acoplado a la competición, se ha convertido en uno de los máximos goleadores, algo que ha tenido que ver el mimo con el que el técnico suizo lo ha tratado desde su llegada al vestuario.


El trabajo de Schällibaum es muy meritorio y lejos de cambiar cosas ha conseguido mejorar mucho el rendimiento y sacar aún mucho más partido de la plantilla. El comienzo de la temporada fue esperanzador y rápidamente sorprendió al resto de la liga, con un juego ordenado y contundente aunque a día de hoy se han desinflado un poco. Montreal Impact es tercero en la Conferencia Este pero durante muchas semanas estuvo liderando su conferencia y la carrera por la Supporters Shield. Ese gran inicio se completó hace unas semanas conquistando la copa canadiense y rompiendo la hegemonía de Toronto con cuatro títulos. Esta victoria llevará al equipo de Saputo a disputar la máxima competición continental, una Champions League en la que podrá demostrar su enorme potencial ante equipos mexicanos y que es un atractivo enorme para sus estrellas italianas. Es el primer título del equipo desde su ingreso en la máxima competición algo que Saputo valora al máximo. Ahora tienen una cita con la MLS, el sueño es ese, conquistar la liga estadounidense. El Impact si continúa esta línea no solo igualará la histórica clasificación de Vancouver el pasado año, único equipo de Canadá en disputar unos Play Off, si no que partirá como uno de los máximos favoritos al titulo final si es capaz de levantar esta mala racha.


Saputo ya esta compitiendo contra los más grandes de Norteamérica y en tan sólo 2 años a este nivel ha construido una base deportiva muy sólida y un estadio para 23.000 personas que se llena en cada partido como local. El trabajo para ser el rey del continente sigue su marcha. ¿Es una quimera?. Con un tipo como él, nada es imposible. Montreal huele a fútbol, Joey Saputo a éxito.

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