La realidad de Tejera, Falqué y Mérida

Antes de que el fútbol español explotase y de que nuestra selección dominase Europa y el mundo, eran pocos los jugadores que se atrevían a dejar nuestro país para probar en ligas extranjeras. Ferrer, Mendieta, De la Peña, Nacho Novo, Javi Moreno o Fernando Torres fueron algunos de los que lo intentaron, con suerte dispar.


A comienzos del presente siglo (no hace tanto) la marca España no estaba aún de moda en el mundo del fútbol y eran pocos los equipos que apostaban por jugadores juveniles de nuestro país. Sin embargo, el caso de Cesc Fábregas marcó un antes y un después en este aspecto y tras él multitud de futbolistas iniciaron una travesía que ha enriquecido de manera considerable a nuestro combinado nacional y que se ha potenciado tras los éxitos de la selección. De hecho, opino que la experiencia de muchos de nuestros futbolistas en ligas importantes de Europa es un factor que ha ayudado a nuestra selección a alcanzar el éxito. Ahora España compite con Brasil o Argentina como país exportador de jugadores. Un futbolista español se asocia con calidad simplemente por haber nacido al sur de los Pirineos, y en China, EEUU o Catar se valora positivamente incorporaciones de jugadores como Nano, Rafa Jordá, Pablo Couñago, Oriol Rosell o Raúl.

Por supuesto, no todos los jóvenes españoles que emigraron a una gran liga europea consiguieron triunfar. Existen muchos ejemplos que quizá sean la excepción en la norma. Yo recuerdo tres casos especialmente llamativos, son los de Sergio Tejera, Iago Falqué y, sobre todo, Fran Mérida. Chelsea, Juventus y Arsenal, respectivamente, apostaron por ellos. Pues bien, ninguno consiguió siquiera acercarse a algo parecido a la palabra “éxito”. Los tres nacieron en 1990 y los tres han visto como sus altas expectativas se veían frustradas.

Sergio Tejera llegó al Chelsea por obra de Frank Arnesen (cuyo historial de cagadas es importante), que decidió pagar al Espanyol 150.000 euros por un chaval de 16 años. Jamás llegó a debutar con el primer equipo y tras un papel aceptable en el Mallorca, ahora lucha por entrar en alguna que otra convocatoria en el Espanyol de Javier Aguirre. Tiene sólo 21 años y parece sentenciado, a pesar de contar con características para hacer cosas importantes en Primera.


El caso de Iago Falqué es de caída doble. En 2008 la Juventus apostó por él, pero tras varias cesiones a Bari y Villarreal B, la paciencia se acabó. El Tottenham, club despilfarrador donde los haya, puso tres millones de euros encima de la mesa y se lo llevó a Londres. Allí disputó varios partidos con el primer equipo y posteriormente se marchó cedido al Southampton. Actualmente completa su cuarta cesión, en el Almería, club al que ha llegado en invierno y con el que está teniendo minutos jugando arriba junto a Charles y Jonathan Zongo. Iago Falqué es para mí el mejor jugador de estos tres y el que más opciones tiene de relanzar su carrera. Posee habilidad, técnica, rapidez e inteligencia, y aunque creo que no logrará asentarse en el Tottenham, sí que podría ser titular en equipos de la zona media de la tabla de una gran liga europea.

 
Por último, Fran Mérida, una de las caídas más estrepitosas que recuerdo. Para mí, un caso perdido. Arsène Wenger lo sacó de la cantera del Barcelona en 2005. Dos años antes, Cesc había llegado al Asenal y el técnico francés creyó que se volvería a repetir el pelotazo. No pasó. Fran Mérida permaneció cinco años como jugador gunner, uno de ellos cedido en la Real Sociedad, y en ese lustro apenas avanzó en su progresión. Sin embargo, Wenger seguía confiando en él y cuando el Atlético se lo llevó como jugador libre en 2010, el técnico francés intentó convencer a Mérida para que se quedase en Londres hasta el último momento, prometiéndole minutos. Fue testarudo Wenger insistiendo en pulir un diamante que apenas brillaba, pero más testarudo fue Mérida, que desaprovechó una oportunidad de rehacerse en un Arsenal del que pronto saldría Cesc. Así, firmó con el Atlético y se preparó para triunfar en su país.

Todos esperamos impacientes ver qué papel desarrollaría en el club colchonero. Llevábamos años escuchando que Fran Mérida era una promesa, y aunque nos cansaba un poco la historia, opinábamos que algo debía de tener el chaval. Pero su temporada fue mediocre y al año siguiente se marchó cedido al Sporting de Braga. En Portugal realizó un papel tan deplorable que los directivos del club le comunicaron que no contaban con él para el segundo tramo de la temporada. Fue entonces cuando volvió al Atlético hasta fin de año, y ni siquiera Simeone fue capaz de encontrar en él las habilidades con las que supuestamente contaba. Acabó la temporada y Fran Mérida se desvinculó del Atlético.

 
Entonces firmó con el Hércules. Quizá la Segunda división fuese una categoría acorde con sus cualidades, y a pesar de contar con minutos, los problemas disciplinarios provocaron que rescindiese su contrato con el club alicantino en invierno. Era el tercer equipo consecutivo que le comunicaba que no contaba con él en menos de un año, que se dice pronto. El golpe fue tal que Fran Mérida ha decidido olvidarse de la élite y buscar, con 21 años, un retiro espiritual. Ha firmado con el Atlético Paranaense, recién ascendido a la máxima categoría del fútbol brasileño. Puede que allí se oxigene y vuelva a recuperar un nivel que le permita hablar de su carrera con cierto orgullo. 

Tejera, Iago Falqué y Fran Mérida. Tres casos diferentes pero iguales. Todos ellos con 21 años y los bolsillos llenos de batallas perdidas. Por suerte, los tres cuentan con tiempo para demostrar su valía. Lo que ya casi no les queda es credibilidad.

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