La historia de Joel "La Joya Tica" Campbell

Sólo sucede una vez en la vida que tu país sea el invitado a una competición de relevancia internacional. Sólo sucede una vez en la vida que tú seas uno de los talentos a seguir en tu equipo debido a la ausencia de figuras importantes por decisión del seleccionador. Y sólo sucede una vez en la vida que, dándose esas dos circunstancias, te conviertas en uno de los mejores jugadores del torneo.

Todo esto le sucedió a Joel Campbell, y gracias a ese cúmulo de circunstancias su historia comenzó a rodar. Viendo sus cualidades, probablemente habría terminando llegando a la élite igualmente sin aquella aparición estelar con Costa Rica. En cualquier caso, la Copa América de 2011 precipitó los acontecimientos.


Caprichos del destino, Costa Rica no iba a participar en esa edición de la Copa América ya que México y Japón eran las dos selecciones invitadas a tan importante evento (desde 1993 los organizadores invitan a dos selecciones ajenas a la confederación). Sin embargo, el terremoto y el posterior tsunami que arrasó la isla asiática el 11 de marzo de 2011 provocó que los nipones declinaran la invitación, puesto que su nación no tenía ánimo para celebraciones. Así, sonó España para sustituir a Japón, pero las quejas de los jugadores y el cuerpo técnico de nuestro país a una idea que seducía a Ángel María Villar (dinero, dinero y dinero) llevó a la negativa española a tal proposición. De modo que tras esta sucesión de acontecimientos, Costa Rica terminó siendo la elegida para participar en la Copa América, por delante de Estados Unidos o Australia, países que también se barajaron.

Viajaron los ticos con una selección joven, como México, con jugadores que no superaban los 23 años. Esto causó cierto malestar en la Confederación Sudamericana de Fútbol (CFS o Conmebol), que lo percibió como un desprecio a la competición por parte de mexicanos y costarricenses. De hecho, México ofreció un pobre espectáculo con tres derrotas en tres partidos. Costa Rica en cambio aportó su mejor versión y compitió incluso por encima de sus aparentemente débiles posibilidades.

Y Joel Campbell fue uno de los culpables completando actuaciones estelares. Costa Rica era Joel Campbell y las aspiraciones del equipo pasaban por las piernas de su joven delantero. Campbell logró un tanto en el partido que los ticos le ganaron a Bolivia y firmó buenos encuentros tanto contra Colombia como, en menor medida, contra Argentina, la anfitriona. Se trataba de un grupo complicado en cualquier caso, y Costa Rica acabó tercera, cerca de pasar a cuartos de final, puesto que a dicha fase acceden los dos primeros de cada uno de los tres grupos así como los tres mejores terceros. 


Únicamente los que le vimos en directo aquellas madrugadas en España en la Copa América podemos describir como era ese primer Campbell. Se trataba de un jugador eléctrico, con poderío y gran verticalidad que sorteaba rivales con facilidad. Jugaba en punta, normalmente acompañado por otro delantero, con libertad. Arsene Wenger fue uno de los que también le vio. Así, tras aquella irrupción estelar, el joven jugador tico firmó un contrato de cinco años con el Arsenal e inmediatamente después se marchó cedido al Lorient, club en el que maduró poco a poco. En Francia Campbell tardó un poco en adaptarse. No sólo cambió de idioma, sino también de cultura, de continente, de mundo. Así, a pesar de que en un principio le costó ser titular, terminó disputando 27 partidos en los que marcó 4 goles. Por entonces, a muchos nos extrañaron estas cifras y pensamos que Campbell no estaba rindiendo al nivel esperado, tal y como prometía en la Copa América. En el Betis nos ha demostrado que estábamos equivocados.

Porque Campbell no es un goleador, a pesar de que se trata de un jugador con tendencia a mirar hacia la portería. Aporta otras muchas más cosas y de hecho se trata de un futbolista con unas condiciones poco comunes. Cuenta con fortaleza física, algo que ha ido ganando en Europa, lo que le ha convertido en un jugador mucho más solidario. Cuando juega en banda ayuda bastante al equipo en tareas defensivas y se anticipa con inteligencia. Por otro lado, en fase ofensiva elige bien la jugada, dota de profundidad al equipo y posee un amplio repertorio que incluye regate, cambio de ritmo y un gran disparo, como pudimos comprobar ante el Deportivo. 


Se trata por lo tanto de un jugador muy aprovechable que junto a Ruben Castro y Juan Carlos forma una tripleta atacante temible, que relega a Jorge Molina al banquillo. A pesar de las dudas iniciales y de repetirse los problema de adaptación, cuando Campbell se centra es imparable. Desde la banda derecha, con libertad para venirse al centro, verticalidad para irse arriba y un trabajo defensivo enorme, ha firmado partidos que me hacen pensar que acabará en un grande. Sin ir más lejos, desde Inglaterra han llegado rumores que apuntan a una intención del Arsenal de recuperarlo en enero, debido a la mala situación deportiva del conjunto londinense. De modo que no descartemos la posibilidad de que próximamente Campbell se luzca en el Emirates. Desde luego, el juego de Wenger, le pega.

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